En el momento de planificar y diseñar la estructura de una red LTE, el concepto de calidad de servicio (QoS) se ha convertido en una parte importante del trabajo.
Para que una red pueda priorizar y organizar el tráfico, es necesario establecer una normativa que controle y organice mecánicamente los paquetes de datos.
¿Cómo se garantiza esta calidad?
La calidad de servicio se garantiza mediante la aplicación de un conjunto de protocolos a través de tecnologías/reglas que funcionan sin interrupción para respaldar la capacidad de la red de funcionar de forma fiable y garantizar que las aplicaciones y el tráfico prioritarios puedan funcionar sin interrupción, incluso cuando la red alcanza su capacidad máxima.
Las reglas asignan distintas prioridades a cada flujo de tráfico de la red. Como resultado, los distintos paquetes de tráfico tienen un orden específico de tratamiento y, en función de su prioridad, disponen de un ancho de banda mayor o menor.
¿Qué significa esto? Significa que la QoS de LTE no solo asigna propiedades a los servicios de datos y voz, sino que también define las prioridades de unos clientes sobre otros.
Por ejemplo, en caso de congestión, la comunicación de los usuarios con mayor prioridad, por ejemplo la de los servicios de emergencia, puede seguir funcionando sin interrupciones, mientras que los usuarios normales pueden tener dificultades para acceder a la red.
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